Vivimos en un mundo conectado. En mayor o menor medida los “smartphones” dominan nuestras vidas y parece que no podemos vivir sin ellos. El problema es que muchas veces, esa dependencia ocurre mientras conducimos. Lo que implica distracción y un gran riesgo en la carretera.

En muchos países, las distracciones son la causa de al menos la mitad de los accidentes con víctimas. Y es que aunque algunas leyes prohiban su uso con multas y otras sanciones, muchos conductores usan sus teléfonos inteligentes, hablan, leen y envían mensajes mientras están al volante.

Las leyes respecto al uso de los celulares varían enormemente en el mundo. Algunos países prohíben expresamente la utilización del móvil durante la conducción, excepto en modo manos libres. En otros países prohíben de forma genérica los sistemas que puedan distraer, sin mencionar específicamente el uso del celular… Mientras que en otros, sólo sancionan su uso para hablar; es decir, sería legal chatear o mirar las redes sociales mientras conduces.

A veces, la represión no es la única solución, cuando directamente tiene un efecto contraproducente. Por lo que elevar la sanción tampoco sería eficaz, al fin y al cabo algunos países con las sanciones más altas aumentan su porcentaje de sancionados año tras año, lejos de disminuir la tasa de transgresores.

Algunas voces abogan por que el celular se desconecte automáticamente cuando detecta que está en un automóvil. Los acelerómetros integrados en los smartphones podrían detectar el movimiento de un carro y se bloquearían. El problema es que también ocurriría en el transporte público, por ejemplo. Otros piden que el propio auto inhabilite el celular del conductor, pero también inhabilitaría el dispositivo de los eventuales pasajeros.

Pese a las sanciones, aún son muchos los que «textean» mientras conducen.

El problema es mucho más complejo, especialmente cuando todos los fabricantes no dejan de integrar funciones de smartphones al sistema multimedia del coche. Ya es posible interactuar en Facebook, Twitter y comprobar su correo electrónico en la pantalla del auto. Por una parte, es algo que sigue siendo legal en muchas zonas del planeta, como en algunos estados de los Estados Unidos. Obviamente, los fabricantes no van a perder ventas en uno de los mayores mercados del mundo porque estar pendiente de Facebook o enviar un mensaje mientras conduces es un soberano riesgo en la carretera.

Tal vez, las campañas de sensibilización (en las que curiosamente muchos fabricantes de automóviles participan) ni las sanciones podrán limitar el uso del celular al volante. El problema quizá esté en nuestra sociedad y la importancia que en ella se le da a un “like”, a un “retweet” o al tener que enviar un mensaje mientras se está al manejo de un auto, especialmente en las generaciones más jóvenes que son a quienes debemos de concienciar sobre esta problemática.